Hola ¿cómo estás? Hoy quiero compartir contigo un tema de suma importancia en estos tiempos: cómo fortalecer el sistema inmune. Sabemos de las medidas preventivas para evitar el contagio del Covid-19: lavarse las manos frecuentemente, mantener distancia social de 2 metros, el uso de tapabocas. Pero también es necesario que nos enfoquemos en mejorar nuestra calidad de vida.
Recuerdo una vez estaba en un taxi y el conductor me contó que masticaba jengibre todos los días y que nunca se enfermaba. La verdad es que lo he intentado pero me resulta muy fuerte consumirlo solo, entonces realizo infusiones de jengibre, limón y miel y me resultan deliciosas.
Y esto es asi porque mantener una vida saludable contribuirá a fortalecer nuestro sistema inmune.
Pero, ¿qué es el sistema inmune?
Es un conjunto de células, moléculas y proteínas que se encarga de proteger a nuestro organismo de las agresiones del exterior, tales como bacterias, parásitos, virus y hongos.
Nuestro cuerpo es muy sabio, y si aprendemos a escucharlo, sabremos responder a sus necesidades.
En primer lugar, hay tres aspectos a tener en cuenta para fortalecer las defensas:
- Hacer ejercicio
- Dieta saludable
- Tener un buen descanso
Pero no solo estos aspectos son necesarios sino que, los expertos aseguran que es fundamental evitar el stress.
El stress es una respuesta del organismo ante amenazas o exigencias en las cuales no tiene respuestas suficientes y se activa un mecanismo de emergencia. El exceso de stress “aumenta la vulnerabilidad del organismo para padecer enfermedades” según el estudio realizado por Clemente F. Justo en la Universidad de Armeria (España).
Para cumplir ese propósito hay diferentes caminos que podemos transitar, por ejemplo:
–Realizar terapia psicológica: La terapia es ese lugar donde nos encontramos con nosotros mismos para sanar. Encontrar un profesional que esté diplomado (es fundamental que cumpla con ese requisito) y con el cual nos sintamos cómodos para trabajar en esos aspectos psicológicos que nos obstaculizan la tranquilidad, la armonía, y,por que no, la felicidad.
–Meditar: según estudios realizados en un grupo de estudiantes se demostró que los que habían meditado tenían más bajos los niveles de stress que aquellos que no habían participado de la práctica meditativa. “La meditación es la técnica más eficaz para el manejo del estrés y el crecimiento personal.
El objetivo de la meditación no es tratar de cambiar el contenido de los pensamientos sino desarrollar una actitud diferente en relación a los pensamientos y sentimientos que se producen en la mente. La meditación trata de enseñar a las personas a ser más conscientes de sus pensamientos y sentimientos y a relacionarse con ellos en un contexto más amplio, contemplándolos como eventos mentales en lugar de cómo un reflejo de la realidad (Teasdale, Segal, Williams, Ridgeway, Soulsby y Laul, 2000) La meditación aumenta el rendimiento en momentos de exigencia”, explica Clemente F. Justo. Claro, estamos más tranquilos para poder dar el máximo de nosotros en esas ocasiones en las cuales se puede producir tensión en nuestro organismo.
–Mantener una mentalidad positiva: ser personas que encaran la vida sintiéndose capaces de superar los obstáculos, que tratan de no perder la calma y que buscan soluciones a los problemas sin desesperarse.
Estos son algunos aspectos que pueden contribuir a fortalecer nuestras defensas. El tema es muy amplio y seguramente lo continuemos en otra oportunidad. Si te gustó el artículo, compártelo. ¡Hasta la próxima!
Fuente consultada
http://www.apuntesdepsicologia.es/index.php/revista/article/view/177
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