Hola Amiga XXI! ¿Cómo has empezado el 2016? Ojalá que de la mejor manera.
Hoy queremos compartir contigo el Manifiesto de los niños para crecer mejor. Lo encontré hace poco en un afiche en la calle y me gustó mucho. Resume algunos consejos importantes para la crianza de nuestros hijos. Si bien algunas de estas ideas pueden sernos conocidas, que estén en forma de lista facilita la lectura. Si quieres puedes imprimirla y colocarla a la vista, así diariamente tendrás otra oportunidad de inspirarte y darle a tus pequeños una mejor educación.
Manifiesto de los NIÑOS para crecer mejor
Dejen que me aburra así puedo buscar por mí mismo en que ocuparme. ¿Cuántas veces los niños nos dicen que están aburridos? Y lo primero que queremos es tirarle mil ideas para que salgan de ese estado. Pero es bueno no estar sobreestimulándolos y dejar que ellos busquen con qué entretenerse. Permitir que se aburran los llevará a ser creativos y a dejar volar la imaginación.
Díganme lo bueno que soy, así aprendo a quererme. Siempre decirle a nuestros hijos lo buenos que son, resaltar sus virtudes y si se equivocan, destacar el esfuerzo realizado. Está comprobado que si a un estudiante se le dice lo bueno que es, el mismo mejorará notablemente en sus ejercitaciones. La confianza depositada en los niños crea maravillas. Ese efecto se llama “efecto pigmalion”. Se basa en la idea de que la creencia que tengamos sobre otra persona influirá en el comportamiento de ésta última.
Apaguen las pantallas así puedo ver la naturaleza. Ya sea que estemos de vacaciones o no, es importante tener tiempo para estar en contacto con la naturaleza. Somos parte de ella, si les enseñamos a los niños a estar más seguido en los parques o bosques, observar y tocar las plantas y animales, etc, se volverán más sensibles y buscarán de adultos ese contacto con la naturaleza para desestresarse y así vivir mejor.
Ríanse conmigo así me convierto en una persona feliz. Qué importante es divertirnos con nuestros hijos. Disfrazarnos, jugar y reírnos sin parar es la mejor receta para la felicidad de los niños y la nuestra también. Con el transcurrir de los años serán esos los recuerdos que alimentarán a nuestro corazón, aquellos momentos en que fuimos dichosos, pasándola bien en familia. Y no hace falta grandes lujos, sólo ganas de divertirse y de compartir.
Respeten mis tiempos así no crezco apurado. No apurar a los niños. Es necesario respetar sus procesos de aprendizaje y no querer resolverle todo nosotros para hacer más rápido. Por ejemplo, los niños pequeños suelen comer despacio. Qué lindo sería respetarle ese momento y además, aprender de ellos y tomarnos el tiempo para degustar los alimentos. Eso traerá innumerables beneficios para todos.
No me den todo lo que pido así puedo valorar lo que tengo. Cuántas veces los padres por hacer callar a un niño o por darle algún gusto le compramos toooodo lo que pide. Eso no es bueno porque los pequeños no valoran lo que tienen y de adultos pueden llegar a convertirse en personas derrochadoras.
Escuchen mis opiniones, así aprendo a escuchar a los demás. Recuerdo cuando antes a los niños se les decía: “cállense que están hablando los adultos”. En la actualidad en muchos casos nos hemos pasado al otro extremo, los pequeños hablan y a veces no respetan el turno del otro para hacerlo. Por eso lo importante es el equilibrio, escuchar a nuestros hijos, dejarlos expresarse pero también enseñarles a escuchar.
Compartan tiempo conmigo, así me siento seguro y querido. Lo que ellos más quieren, y necesitan, por supuesto, es que pasemos tiempo con ellos. Si esos momentos juntos se viven con muchas demostraciones de afecto físicas y verbales, será un alimento maravilloso para que nuestros niños crezcan mejor.
Déjenme ensuciarme, así aprendo y me divierto. Muchas veces me he visto en la situación de decirle a mi hija: no te ensucies. Pero eso es un error. Es importante que se sientan libres de jugar como les plazca, siempre y cuando no corran riesgos. Son niños, no tienen que estar siempre impecables.
Para finalizar, un consejo, ante cualquier situación a mí siempre me sirve ponerme en el lugar de los niños, tratar de imaginarme como ellos se pueden llegar a sentir. Eso es muy útil a la hora de educarlos.
Si te ha gustado el manifiesto no dudes en compartirlo. ¡Hasta la próxima, amiga!
Me encantó esta nota, muy lindas las reflexiones. Tenemos que detenernos más seguido a ver qué es lo que piensan los niños.