Cuando iba a la universidad, todas las santas mañanas al bajarme del bus, pasaba por una panadería, me compraba un alfajor de dimensiones astronómicas, con un kilo de dulce de leche de relleno y me lo comía mientras caminaba las dos cuadras hasta llegar a mi destino. Esto me hacía feliz y tengo que reconocer,… [Read More]