Ayer encontré en Netflix la serie Touch, que me la habían recomendado hace un tiempo atrás, la serie, extra super resumidamente, trata la historia de un niño autista que no habla y jamás lo hizo y la única manera de comunicarse con el mundo pero principalmente con su padre, es a través de los números ¡si así es! escribe números todo el tiempo.
Apenas he visto 3 capítulos, pero ya puedo decirte que es muy buena, con una visión muy positiva del mundo, tan importante en estos tiempos que vivimos en constantes angustias. Justamente eso es lo que me encantó, a pesar de que la historia es triste, la historia muestra la insensibilidad hacia los otros y la incapacidad de comprender el dolor ajeno y algunas bajezas que hasta podríamos decir comunes de la naturaleza humana, a pesar de todo esto el director consigue darte vuelta todo y dejarte con una sensación de esperanza en la humanidad, pero no es una esperanza vacía, y sin necesidad de tendencias religiosas, ni místicas o espirituales, tan sólo mostrándote el lado contrario de la naturaleza humana, mostrándote esa “magia” que existe en el misterio de la vida, y en el misterio del hombre especialmente, que es un cosmos con piernas y brazos, todas esas características que tal vez también son igual de comunes que las negativas, pero con mucho potencial.
Vi 3 capítulos y me gustaron mucho, hoy resalto aquí dos reflexiones que son presentadas al principio y al final del segundo capítulo”1+1=3″ y el tercero de la primera temporada “La seguridad en los números” y comienza con una reflexión, que viene justo para esta época de fin de años, y fin de ciclos según algunos, que de cualquier manera, todos los finales y todos los comienzos, nos movilizan, nos llevan casi por instinto a un estado de reflexión, en el que por más oposición que ejerzamos, procesamos y maduramos, las cosas que hemos vivido en el período que concluye y como la experiencia nos deja un poquitín más sabios para comenzar el nuevo.
El capítulo 2 comienza con unas palabras, reflexiones del niño que dice así:
“Siete mil millones de personas en un pequeño planeta… suspendidos en la inmensidad del espacio… completamente solos. ¿Cómo le damos sentido a eso es el gran misterio de nuestra frágil existencia?. Quizás estar solos en el universo es lo que nos mantiene juntos… necesitados unos de otros de formas insignificantes… creando un enredo cuántico … contigo… conmigo, con nosotros. Y si eso es verdad… entonces vivimos en un mundo donde todo es posible”.
Al final del 3er capítulo:
“Los seres humanos no son la especie más fuerte en el planeta. No somos los más rápidos, o incluso ni los más inteligentes. La ventaja que tenemos es nuestra habilidad para cooperar… para ayudarnos los unos a los otros…
Denisse dice
Me encantó lo que decían al final “Los seres humanos no son la especie más fuerte en el planeta. No somos los más rápidos, o incluso ni los más inteligentes. La ventaja que tenemos es nuestra habilidad para cooperar… para ayudarnos los unos a los otros…
Nos reconocemos a nosotros mismos en cada uno, y estamos programados para la compasión, el heroísmo, el amor. Y esas cosas nos hacen más fuertes, más rápidos… y más inteligentes. Es por eso que hemos sobrevivido”.
Me parece muy cierto y me has dejado con ganas de ponerme a ver Touch esta misma noche!
Romina dice
jejej bueno me cuentas si te gustó, estoy segura que si es muy linda. Abrazo Denisse!
Elvira Benavides dice
La veré esta noche pinta muy bien. Gracias por el dato. =)
Romina dice
De nada Elvira, me alegro que te gustó la sugerencia, a veces hay cosas buenas en Netflix, que no aparecen en el home page, y nos las perdemos.
Después me cuentas si te gustó 😉 saludos!