Hoy es Jueves, el Domingo fue el concurso Miss Universo y yo no estaba enterada. Como de costumbre dos de los buenos lugares para enterarse de las últimas noticias del acaecer mundial (sacado del anuncio publicitario de algún canal de TV) es Facebook, por supuesto, y la espera en la salida de la escuela. Mi reacción al principio fue de total desinterés, sin embargo comenzó a generarme emociones cuando leí las burlas que le realizaron a la ganadora Miss Colombia por una estúpida pregunta que no supo con rapidez sacarse de encima. Pero siguió sin importarme demasiado. Cuando me encontré con las mamás a la salida de la escuela, felicité a mis compatriotas colombianas que se sentían muy orgullosas con el logro obtenido para el país, y se lo merecen, las colombianas son muy bellas.
Sin embargo, y totalmente al margen de quien ganó (me cuestione como pensaría si hubiera ganado Argentina, y en realidad seguiría opinando lo mismo) estoy muy en desacuerdo con el concurso que premia la belleza física (¿recuerdan Mis Little Sunshine?). Una vez más, como poco me importó enseguida lo olvidé. Hasta hace unos minutos, que fui a buscar a los chicos a la escuela, otra vez escucho a las mamás hablando del tema ¡y ahí si que se me pusieron los pelos de punta! Hablaban bien de la ganadora y de lo hermosa que es y como se lo tenía merecido, al instante me imagine a esas madres hablando del tema delante de sus hijas, y me preguntaba si hablarían con el mismo interés de los últimos descubrimientos de la ciencia, de libros o educación. Y no es por criticarlas, es muy probable que en otra situación, yo misma me hubiera enganchado con la conversación, en todo caso es una crítica a mi misma y a la poca defensa que le hacemos a nuestra integridad femenina. Y por favor, que no se confunda con feminismo, no tiene nada que ver con eso, sino con que de una vez por todas nos pongamos las pilas y condenemos este tipo de costumbres, sobre todo en la forma de pensar, que nos degradan, nos condenan como objetos sexuales frente a los hombres, nos debilitan la autoestima, en fin, nos llena de basura y las peores pestes!
No estoy de acuerdo ¡NO ESTOY DE ACUERDO! con Miss Universo, con las modelos, con los Ángeles de Victoria Secret, con la figura de la mujer perfecta (e imposible) extremedamente delgada, sin arrugas a los 70, siempre joven, siempre impecable, con todo parado, con todo operado. No estoy de acuerdo con que seamos respetadas solo por lo físico, que tengamos mas posibilidades si somos lindas, que se nos mida por la forma de vestir. No somos objetos sexuales, somos mucho muchoooo más. La sociedad valora el físico de la mujer ¿y todo lo demás?. El talento, la inteligencia, la responsabilidad que tenemos de ser buenas madres, buenas ciudadanas, todo queda reducido frente a la inmensidad de una cola grande.
Me molesta que se inviertan millones de dólares en la prostitución disfrazada de glamour, me molesta que se ridiculicé a una mujer que esta compitiendo por su físico cuando titubea al responder una pregunta estúpida y engañosa, me molesta que todos se rían cuando abre la boca para hablar, pero que por otro lado aplauden sus curvas ¡me molesta que nos sigan denigrando, aunque nos estén aplaudiendo y llenando de coronas, diamantes y ramos de flores! ¿Me explico?
Los medios, la publicidad, el sistema nos vende eso, pero depende de nosotras si con cambios mínimos pero valiosos, imponemos otra cultura a nuestros hijos, en la que se nos valore por lo que realmente importa. En estos días leí dos artículos que publicó BuzzFeed que están relacionados al tema en cuestión, uno sobre un estudio que se realizó en una universidad en el que el resultado arrojó que un tercio de los estudiantes varones violarían a una mujer si no hubiera consecuencias legales, valga la aclaración, que no está explícita en la nota, pero que es importante, porque consecuencias hay siempre, ver la nota aquí. Y por otro lado, un interesante experimento que realizaron los reporteros del sitio, en la alfombra roja de una entrega de premios, en la que al entrevistar al actor de House of Cards, Kevin Spacey, le realizaron preguntas como si fuera una mujer, se veía tan ridículo, incluso parecía una falta de respeto por parte del reportero ante la oportunidad genial de entrevistar a tan talentoso actor. Las preguntas era tipo ¡Que bien se te ve! ¿cuanto tiempo hiciste dieta para este evento? o ¿cuál es tu rutina para verte tan bien? ¿quién te vistió hoy?, etc etc…
En fin amigas ¿que opinan ustedes? Las dejo con una nota que vi hoy en Facebook, atrevida y algo grotesca, pero muy real y transparente. ¿Nos ponemos las pilas?
Al andar. Desde pequeña. En verano, a veces, tengo que echarme talco donde se juntan para que no me escueza. Y tengo el culo gordo. Y las piernas. Y durezas en los pies. Y pelos donde no debe ser.
Y me están saliendo arrugas, canas, manchas. Que a veces se mezclan con los granos. Y suelo tener ojeras. Y no tengo los dientes blancos, ni están todos en fila, ni son exactos.
Por eso soy perfecta. La perfecta borrega asustada que se pasará la vida tratando de que le quede distancia entre las piernas, de que sólo algunas de sus curvas sean convexas, de que no haya en su cuerpo rastro de pelos, granos, manchas, pieles muertas… Que comprará cosas, revistas, cremas. Que se avergonzará de su cuerpo y querrá el de otras, y se culpará de no tenerlo. Que lo esconderá como pueda, por miedo a escuchar la mirada ajena. Que se sentirá vieja, fofa, fea. Que se creerá invisible, inquerible, incogible, despreciable…
O igual no soy tan perfecta. Igual soy una mujer grande, en una autoestima pequeña. Igual me pierdo todo lo que dicen estos ojos, porque los uso sólo para buscarme nuevos rincones fofos. Igual estoy desperdiciando el tiempo, empeñada en que no se me note por fuera. Igual me despierto un día de estos, y me rindo y pierdo la batalla imbécil de soñar con estar buena.
Y entonces, igual, empiezo a entender que para sentir fuego en el pecho no hace falta tener las tetas tiesas. Que para morder con placer no hace falta tener una boca tierna, que lo que importa es mover el culo al bailar, al correr, al pedalear, al coger, no las dimensiones que tenga. Que mi cuerpo es mi única arma para ser, no un solar en el que acumular mis mierdas. Que para disfrutar de que te acaricien el pelo, no hace falta currarse una preciosa melena.
Igual un día entiendo que no hay nada valioso en la belleza, que es sólo un invento de quienes no les conviene que me quiera. Porque dejaría de comprar, de esconderme, de juzgarme, de envidiar. Y entonces me sentiría libre y valiente y dueña de mis pies, de mi culo, de mis tetas, de mis pelos, de mis curvas, de mi coño, de mis piernas. Y usaría mi cuerpo para vivir, no para envolverlo en complejos y cremas. Y sería mucho más feliz. Y eso, en este mundo, no cuela.
Textos de Faktoría Faktoria Lila.
Estoy de acuerdo con vos Romina gracias por la reflección. A mi la verdad me da lo mismo quién gane el concurso, porque no me importa, pero que se le da tanta importancia a eso y tan poca a otras cosas, es terrible.
Hola Romy. Has tocado un tema con el cual estoy de acuerdo. Siempre me ha molestado que en esos reinados se gastan millonadas en los extravagantes vestidos, joyas etc, mientras hay medio mundo en la pobreza absoluta, Chicas haciendo drasticas dietas, para verse delgadas, mientras otros aguantan hambre. Que tristeza pero es la realidad!