Hace muy poco se vivió la festividad de Haloween. Y, si bien, en algunos lugares se festeja y en otros no, fue una linda ocasión para disfrazarnos junto a los niños y vivir un momento lleno de diversión y aprendizajes.
La palabra disfrazar viene de desfrezar, que quiere decir disimular, encubrir. Originalmente significaba borrar las huellas dejadas por un animal. Ahí vemos como disfrazarse es como borrar algunas huellas de nosotros mismos para no ser encontrado, para pasar desapercibido. Cuando nos disfrazamos liberamos tensiones, nos olvidamos de los problemas y aumenta la confianza en nosotros mismos.
A mi hija le encanta disfrazarse y a mí compartir esos momentos con ella. Me hace acordar cuando era chica y mi madre guardaba viejos trajes de la época cuando ella bailaba danzas españolas. Tenía un vestido más bello que el otro. En las reuniones familiares y de amigos, mientras los grandes cantaban y tocaban la guitarra, nosotros nos disfrazábamos para luego realizarle al público un espectacular show. Jamás olvidaré esos momentos llenos de alegría y diversión.
Pero ¿por qué es importante que los niños se disfracen?
Por ejemplo, disfrazarse de un personaje que da miedo contribuye, según la psicología, a que los niños puedan vencer esos temores. A poderse reír de los mismos. Disfrazarse de super héroe o super-heroína puede ayudar a reforzar la independencia y la valentía.
También ayuda a descubrir que el malo quizás no sea tan malo y que el bueno no sea tan bueno. Ese juego de roles permite desarrollar la empatía, la sororidad, el ponernos en el lugar del otro y ser capaces de ver una situación desde diferentes puntos de vista.
A los niños tímidos o introspectivos, los disfraces los ayudan a vencer las inseguridades.
Disfrazarse estimula en el niño la creatividad y la inteligencia para resolver situaciones diferentes a las conocidas. Es así como el poder del juego se potencia y ayuda a encontrar soluciones a variadas problemáticas.
Disfrazarse es entrar a otro planeta, tener la personalidad más alocada, descubrir pociones mágicas y viajar hacia tiempos lejanos. Es salirse de la realidad, conectarse con los demás de otra manera, animarse a decir lo que cuesta. Es realizar un juego teatral indispensable para tener salud. Al imaginar que es alguien distinto, el niño se conecta con lo lúdico, ese mágico lugar donde todo es posible. Y ese juego transmite paz, alegría y bienestar porque contribuye a expresarse libremente.
Cabe destacar que es muy importante respetar los gustos y las preferencias de nuestros hijos a la hora de disfrazarse. No caigamos en el error de frenarles el impulso creativo porque eso no los ayudará en absoluto.
Como decíamos mas arriba, el disfraz estimula la imaginación. Y para eso, nada mejor que un disfraz hecho con nuestras propias manos. Es una opción muy interesante para compartir un rato agradable con nuestros niños: ayudarlos a realizar un divertido atuendo de su personaje favorito.
No hace falta esperar a Halloween para disfrazarse. Podemos aprovechar cualquier celebración y ocasión. Por ejemplo ahora que se acercan las fiestas de fin de año hay una gran cantidad de posibilidades entre disfraces de Santa Claus, Duendes de la Navidad, personajes de películas de Disney, como los de Frozen e incluso hasta el Grinch. Pero también podemos aprovechar cualquier espacio de ocio, los fines de semana son muy buenos para esto y crear toda una nueva dimensión con los hijos. Un nuevo mundo. Y para lograrlo podemos utilizar cualquier cosa que tengamos a mano en la casa. Sólo hay que aplicar un poco de imaginación.
Para finalizar, el disfraz nos esconde físicamente pero se convierte también en un escondite para algunos aspectos de nuestra personalidad. Según la psicología, en esos momentos proyectamos sentimientos, emociones impulsos que están escondidos en la vida diaria. Por eso, ver a nuestros hijos disfrazarse es una excelente opción para descubrir algo que no nos estemos dando cuenta de ellos.
Y a tu familia ¿de qué les gusta disfrazarse?
Veronica dice
Me encanta como escribes. Mira que no lo había visto desde este punto de vista pero tienes toda la razón en cada palabra. Ahora voy a ver a los niños disfrazados con otros ojos.
Taty dice
A nosotros nos encanta disfrazarnos! Estoy de acuerdo contigo. Disfrazarse ayuda muchísimo. You empezar por que me parecía divertido. Pero pronto vi que desarrollo empatía en los chicos
Estefania dice
Nunca me había planteado la importancia del disfraz, gracias por un artículo tan interesante
Mavi Trapos dice
no tenía ni idea de que disfrazarse pudiera llegar a ser tan bueno sobretodo para los peques de la familia! me ha encantado leerte 🙂
Alejandra Graf dice
No sabía que era tan importante, pero que bueno que lo explicas tan bien en este post.