Los Lunes me atacan algo reflexiva, será porque los fines de semana me desconecto del mundo virtual en el que vivo de Lunes a Viernes y severas horas al día, compartiendo, interactuando, estudiando y trabajando. La web es mi espacio de múltiples tareas, las cuales todas disfruto a pleno, pero como todo en exceso no es bueno, los fines de semana aprovecho para disfrutar a la familia, jugar con los niños y realizar otras actividades en y del mundo físico.
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Y como internet atrapa todos nuestros sentidos y atención, los resultados de lo que hecho y lo que proyecto hacer, son puestos en mi balanza mental, analizados y reflexionados, tal vez un poco porque es mi característica forma de ser y por otro, porque así es como funcionamos en la vida, nos diferenciamos de los animales por poseer el intelecto y la razón además del instinto, y como tomar decisiones es una constante, lo lógico es que apliquemos un poco de los dos, entrañas/corazón y cabeza, o cualquier otra manera como solemos llamar a este tipo de circunstancias en que medimos lo que hacemos o haremos, tratando de encontrar un equilibrio entre los sentimientos y la razón.
Y ya se acerca el fin de año, esta época de por si sola automáticamente nos coloca en “estado reflexivo”, como te decía al principio, este fin de semana se me dio por analizar como me encuentro conmigo misma, tal vez el disparador haya sido, que sacando la ropa de invierno de cajas, bolsas y bolsos que tenía en los closets, encontré una mochila llena de fotos sueltas y viejas, y con el imán que estás poseen, me puse a verlas, encontré algunas de mis tiempos en Argentina, de mis embarazos y mis hijos de bebé, a medida que iba pasando las fotos con mi imaginación recordaba cuales eran mis metas en esos momentos, mis ideales, mis esperanzas, y más allá de todo eso, mis sentimientos conmigo misma. Podía ver en las fotos y sentir como si el tiempo no hubiera transcurrido como era mi relación conmigo y mis esperanzas en el mundo.
Y aunque continué ordenando y limpiando las habitaciones de la casa, a la vez lo hacía con mis estados internos, limpiando y ordenando, dejando salir a la luz, al igual que las fotos, aquellos pensamientos y emociones que pasaron, pero quedaron en mi, buscando algo, proyectando algo, palpitando y a la espera de madurar. Y todo el espiral de preguntas y respuestas se desató como un torbellino de reflexión psicológica, espiritual y filosófica que con el diario vivir… si la vida pasa día tras día… uno deja para ese después que nunca llega o intenta desplazar con entretenimientos y preocupaciones.
Entonces la conclusión afloró: ¡que importante es estar bien con uno mismo! muchas veces creí que así era, pero en realidad me mentía a mi misma o lo negaba, como dice Dan Brown en su libro Inferno: “La negación es parte fundamental del mecanismo de supervivencia humana. Sin ella, despertaríamos cada mañana aterrorizados, pensando en las innumerables formas en que podríamos morir. En cambio, nuestra mente bloquea esos miedos existenciales centrándose solo en las tensiones que puede afrontar – como llegar al trabajo a tiempo o pagar los impuestos”.
Y aunque nos permite vivir, también a veces nos mantiene en una burbuja de fantasía, en la que todo es como quisiéramos que fuera, fácil en donde no hay que arriesgarse, ni tomar decisiones ni cambiar nada. Esos aspectos encontré, y que en realidad hubo momentos en que me decía ser feliz y no lo era, me decía estar en el camino y en realidad estaba absolutamente perdida, me decía saber lo que estaba haciendo con total seguridad y por dentro tenía mil quinientas dudas que por mucho tiempo ignoré, decía estar confiada y me moría de miedo, pero claro… la negación me permitía seguir adelante. En fin, por suerte esos resortes subconcientes siguen presionando en uno, porque hoy puedo ver que todas esas mentirillas no duraron y me enfrentaron a la verdad “cara a cara” más de una vez a fuerza de caídas, tropezones, patadas en el trasero y otros golpes no muy agradables, pero aunque duelen son para mejor.
Nuevamente ¡que bueno es encontrarse con uno mismo! dejar de trasladar nuestras frustraciones a los demás, lograr independencia, lo cual nos ayuda a amar más y mejor a los demás, eso es lo mejor ¡amar!!! Y cuanto más maduros, y más libres, y más sinceros, más y mejor, y mucho más, podemos amar, porque parte de uno.
El camino sigue, pero me alegra que los años no pasan en vano, no soy la misma de ayer y espero ser mucho mejor mañana. Al fin de cuentas de eso se trata crecer, y solo así vale la pena.
¡Las quiero!
PD_ Si te preguntas ¿qué es ser uno mismo? Pues en realidad no tengo una respuesta exacta, pero creo que se trata de dejar de ser un poco lo que los demás quieren o esperan de uno, y si sabemos que es lo que “nosotros” queremos, luchar por ello, y si no sabemos que es lo que queremos aún, pues algo nos tiene que apasionar, buscar y luego alimentar esa pasión, eso que nos hace sentir que nacimos para ser o hacer esa determinada actividad en la vida y dejarla florecer y brillar. Y no creer que el futuro o el tiempo sólo nos regalará la oportunidad, porque no suele ser así y la llama cuando no se alimenta se va apagando, como dice la canción de Father and Son, interpretada por Johnny Cash y con esto ya las dejo:
“Míreme, yo soy viejo, pero estoy contento.
Yo fui como tu, y sé que no es fácil,
Con tranquilidad puedes encontrar lo que buscas.
Pero toma tu tiempo, piensa mucho,
piensa en todo lo que tienes.
Por ti estas cosas estarán aquí mañana, pero puede que tus sueños ya no. “
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