Ayer Sofía se quedó con la abuela en casa. Estuvieron jugando a la orquesta. Cuando llegué me mostraron lo que habían hecho. Que alegría me da verla reír al tocar la pandereta, o su cara de sorpresa al ver dos tapas de olla transformadas en platillos. Me hace muy feliz que investigue en libertad todo lo que la rodea, que pruebe sonidos, que descubra las diferentes posibilidades de jugar que tienen los objetos de la casa.
En realidad todos podemos ver música donde queramos, si la buscamos. Es que somos música, nuestro corazón tiene ritmo, nuestra respiración también. Nuestra vida pueda transformarse con la música.
Buscar en casa objetos que nos sirvan para hacer música, para jugar con los sonidos es una hermosa tarea. Estar atentos a escuchar en los días de lluvia los ritmos que las gotas producen y las diferencias de sonidos, de intensidad cuando caen en una superficie o en otra.
La música nos invita a abrir los oídos. A dejarnos deslumbrar por la magia del sonido, del movimiento y allí se conjuga con la danza, con el baile de las manos al tocar un instrumento.
Como dijo el pedagogo musical y compositor Murray Shafer, es fundamental poder escuchar el paisaje sonoro, es decir todo lo que a nuestro alrededor suena, como si escucháramos una sinfonía de Mozart. “Los oídos de una persona realmente sensible están siempre abiertos. No hay párpados para los oídos”, dice Shafer. Y por otro lado agrega que: “la música existe porque nos eleva de nuestro cautiverio vegetal a una vibrante vida”.
Desarrollar esa capacidad auditiva y la sensibilidad nos abre la puerta para percibir el mundo de una manera diferente, otorgándole un sentido maravilloso a la vida y dándonos la posibilidad de que se exprese esa creatividad que todos llevamos dentro. Como dice el historietista español Juanjo Saez en su libro “El arte”: “la creatividad es el motor de nuestro mundo. Todo, absolutamente todo (menos lo que pertenece a la naturaleza) antes lo ha soñado alguien. La realización de los sueños es la creatividad”.
Por eso es fabuloso que los niños investiguen los sonidos y descubran la música de todo lo que existe. Y llevarlos de la mano para poder descubrir el mundo, jugando y creando. Hay que dejarlos en libertad, en la medida en que el juego no sea peligroso, por supuesto.
Y entre cacerolas, cucharas de madera y algunos otros instrumentos se armó la orquesta..
- Fuentes consultadas: El arte de Juanjo Sáez
- El rinoceronte en el aula de Murray Schafer
Tienes mucha razon, a los niños hay que darles la libertad para que ellos expresen su gusto, y habilidades por la musica. Me hiciste recordar cuando mis hijos eran pequeños, cada uno tenia su instrumento musical. Uno tocaba los platillos con dos tapas de ollas, el otro tocaba el tambor, con una olla, el otro una guacharaca con un rallador y un tenedor. Todos los amiguitos del barrio se reunian a verlos tocar y aplaudirlos, y yo feliz de verlos.
Que lindos Recuerdos Mayito!! Gracias por compartirlos!!
Buenísimo MAIA. Felicitaciones!!!!
Buenísimo MAIA. Felicitaciones!!!!
Gracias Elida!