“And its only love with a little bit of rain.”
Nick Cave. Carnage 2021
El fin de semana al volver del trabajo, pusimos el nuevo álbum de Nick Cave en el auto y mientras tanto íbamos conversando un poco. Llovía y había mucha neblina. De pronto empezó a sonar White Elephant, dejamos de hablar. Y luego los dos: wow, risas y comentarios, “esta canción es buena”. Y siguió sonando. Al llegar a casa, me preparé una taza de té, agarré los auriculares y me puse a escuchar como es debido; desde el principio y con atención. La primera: Hand of God. Me llevó instantáneamente a mi primera experiencia mística con Nick Cave.
Navidad del 2016, me fui a caminar sola por las calles de NYC. Era una locura, hacía muchísimo frío, había demasiada gente, demasiada. Muchas luces, autos, Santa Claus por todos lados. Cómo suelo hacer, me mantengo parte de este mundo, pero a la vez me separo, en mi propio. Auriculares en mis oídos ( será el abuso de los mismos que estoy perdiendo audición?) y entonces todo es mejor. Estoy aquí, en el medio, entre todos ustedes, tan caótico y a la misma vez en mi condicionado propio paralelo, refugiada en la música. Que nunca abandona, que siempre consuela, inspira y abraza. La elección para teñir de azul el espíritu de fiestas que me genera algo de rechazo, fue Push The Skies Away. Y entonces un túnel musical se abrió delante mío, las bocinas pasaron a formar parte de la experiencia, la gente abriéndose paso entre la multitud, las masas esperando que el rojo del semáforo cambie y los deje cruzar, el vapor saliendo de las alcantarillas, el temblor de la vereda bajo mis pies tras el paso del subte, y la voz de Nick, desafinada a veces, llena de lamento, sonidos discordantes, violines y pianos. Pase a vivir mi propia realidad, una que en ese momento de mi vida, era perfecta, emocionante y a la vez aterrorizante. Nick estaba ahi acompañándome, con sus letras oscuras, desnudas, abundantes de sensibilidad, poesía en música y para mi, en vida. Como en una escena de película, donde la dirección hace el amor con lo colores, la música, el guion y la escenografía. Así fue mi experiencia mística con Push the Skies Away y en cierta manera la volví a revivir con Carnage.
Carnage (Carnicería) arranca con Hand of God. Dan me dijo, está enojado con Dios, Nick. Y claro, como para no estarlo. A mi ni me interesa, no existe, pero hay motivos para estarlo, con lo que sea, todos lo estamos, quien diga que no, miente. Y suena a blues, y suena minimalista y luego electrónico y viene la supervivencia y la fuerza, es un huracán. Es 2021 señores. “Let the river cast its spell on me”. Luego sigue Old Time “wherever you are darling, I’m not that far behind” con un violin y tal vez una citara (o un cello desafinado?) y suena oriental y se pone cada vez mejor. El piano es sensacionalmente embriagador, teclados discordantes. Hipnotiza. Es cómo un sueño en donde lo absurdo y lo lógico deciden caminar juntos, de repente la guitarra eléctrica se queja y el bajo que mantiene su ritmo, no te pierdas, seguimos aquí con un destino “like the old days, I’m not coming back this time”.
Carnage es la tercera, una de mis preferidas que dice “And its only love, with a little bit of rain.” Esta frase es una dulzura. ¿Acaso no es una de las mejores maneras de sintetizar el sentido de la vida? Es solo amor con un poco de lluvia. Amor y la lluvia que parece fría, oscura, nos moja y nos obliga a buscar refugio, pero que también trae vida. “Its only love, rolling down the mountain in the rain”. A este punto Nick nos pone en manifiesto que no es tan sólo un álbum oscuro, de queja, sino también de optimismo. Un optimismo que no es cursi, sino sensible y concreto. “And then the sun explodes! It was you, was you and only you.”
Pasamos a lo que yo considero el climax del álbum, el punto más alto, donde las emociones que ya comenzaron a viajar por un camino sinuoso de altos y bajos, colores y sombras, luz y oscuridad, encuentran su momento mas intenso, un espacio de total vulnerabilidad. El tema es White Elephant. El bajo es lo primero que sentí, explotando en la boca de mi estómago, Nick comienza a recitar: “The white hunter sits on his porch. With his elephant gun and his tears. He’ll shoot you for free. If you come around here.”
Y luego un teclado discordante te desgarra las entrañas, sirenas, gritos desafinados y Nick habla sobre el caos de las protestas en Estados Unidos por la muerte de George Floyd. Y cuando ya llega a un punto de fuerte tensión, se descontractura con un celestial coro tipo gospel que dice: “A time is coming, a time is night, for the kingdom in the sky. We are all coming home in a while.”
Desde allí toma un camino de reflexión mas sereno, menos iracundo. Que me recuerdan a dulces melodías de cuna. Alburquerque, Lavender Fields, Shattered Ground que es perfecta para soundtrack de una película (recordamos que últimamente este ha sido uno de los principales trabajos de Nick) y por último Balcony Man cuya letra es un dulce poema y da el cierre que anticipábamos. Una letra que deja ver la capacidad de observación de Nick, una perspectiva filosófica ante la vida, que cuestiona todo, juzga todo y a la vez, deja ir sosteniéndose en la certeza de que lo que importa es simple, ordinario y cotidiano. Son las personas que amamos, el sol que nos brinda calor y la lluvia que nos trae vida. Es el poder de la compasión y la empatía que nos mantiene vivos, fuertes y hacia adelante. “This morning is amazing and so are you.”
Nota: Carnage es un álbum por Nick and Warren Ellis. 2021.
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