La verdad es uno de los valores más importantes de la sociedad, aunque tan difícil a veces parezca de encontrar. Sin embargo los padres no sólo tenemos la responsabilidad, sino que al amar a nuestros niños, les enseñamos que siempre hay que decir la verdad, pero no es tan sencillo y cuestión únicamente de palabras, es cuestión de ejemplo.
Y hablando de esto, me viene a la memoria una anécdota. En mi afán de enseñarles a mis hijos a comer bien, sano y natural, en una ocasión me pidieron que les comprara un jugo helado que venía con muchos colores, yo les expliqué que aunque pueden ser muy ricos, esos jugos hacen mal al cuerpo y que están hechos con ingredientes artificiales que sólo hacen daño y no aportan nada bueno, les dije que mejor esperarán a que llegaramos a casa y les preparaba uno mucho más rico, con colores también y naturales extraídos de las propias frutas.
Aunque al principio se quejaron un poco, luego les encantó la idea y cuando llegamos a la casa entusiasmados juntos preparamos unos deliciosos batidos con fruta y leche de verdad.
Pasaron los días, una amiga me invita a su casa para que mis niños jugaran con los de ella, y resulta que ella les había comprado a mis hijos para darles la bienvenida esos juguitos que yo les había enseñado que hacían mal, entonces al ofrecerle a mis niños, uno de ellos que en ese momento tenía 5 años, le dijo que no y le dio toda la explicación de que hacían mal porque tenía mucha azúcar y “pintura” jeje en lugar de colorantes artificiales.
¡Se imaginan la situación! yo no sabía que hacer y ahí es cuando me ví a mi misma a prueba, como salir de la situación sin que mi amiga se ofendiera y sin tener que contradecir mi enseñanza ¿hacía bien mi hijo en rechazar el jugo? si yo le decía ¿no importa tomalo igual para no ser descortés, no lo confundiría?
Pero por suerte mi amiga se dio cuenta enseguida, y arregló la situación ¡es que con los niños ¿cómo ofenderse?! Ella le dijo ¡cuanta razón tienes! disculpa a veces hasta los adultos sólo pensamos en un rico sabor y no en si es bueno o malo para el cuerpo, y les propuso tirar los juguitos y preparar unas ricas limonadas.
La situación luego me dejó reflexionando lo difícil que es ser leal a las palabras, que aunque sabemos que en el fondo son correctas, nuestro ejemplo muchísimas veces las contradicen. Nuestros peques son esponjas, y no sólo absorven todo lo que decimos, sino también y los más importante lo que hacemos.
Mi hijo también aprendió que no es necesario dar tantas explicaciones, la próxima vez sólo puede decir que no y así no herir la buena intención, vemos como al ser padres es un constante desafío en donde nosotros tenemos la resposabilidad de educarlos pero en el camino, ellos nos van haciendo aprender y tal vez mucho más de lo que nos imaginamos.
Algunos de mis recuerdos más preciados son presenciar los momentos en que los pequeños dicen la verdad. Es importante que yo sepa la verdad sobre los alimentos que compro. Por ejemplo, las Singles de Kraft están hechas con leche y sin saborizantes artificiales. Descubre más datos y recetas en www.singlesdekraft.com.
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Esta es una conversación patrocinada, escrita por mí en nombre de Kraft. Las opiniones y textos son todos míos. REGLAS OFICIALES DEL SORTEO.