Cuando quedé embarazada de mi primer hijo, era jovencita, con 21 años todavía tenía mi figura de adolescente, pero el embarazo despertó en mi un hambre feroz y me dispuse a disfrutarlo sin que me importara demasiado, además no tenía idea de cuanto afectaría realmente a mi figura y aumente 20 kilos.
Después que tuve a mi bebé, por supuesto me sucedió como a la mayoría, me quedó pancita de embarazada por algunos meses más, aunque ya no había bebé allí y el hambre no cesaba, al contrario al amamantar recuerdo que tenía hambre todo el tiempo.
Y aunque solía afectarme, la verdad trataba de no dejarme llevar por los sentimientos pesimistas y que el cambio en mi figura me distrajera de disfrutar mi bebé, pensaba que tan sólo era una etapa más en mi vida y nada me impediría disfrutarla.
Bueno, eso fue con mi primer hijo, después tuve dos más, y ya estaba más preparada psicológicamente, ¿el cuerpo cambia? ¡SI!!! y bastante, al menos así me sucedió a mi, es más cada embarazo ha aportado nuevas huellas y aunque se puede adelgazar, hacer dieta, ejercicios, y todo lo que uno quiera para sentirse mejor, hay que aprender a amar el cuerpo de mamá, el marido nos ama por lo que somos, y te aseguro que nos adora con nuestras marquitas ¿por qué no lo podemos hacer nosotras?
No hay que dejarse llevar por los ideales que nos venden en la TV o en las películas, esos cuerpos ni siquiera son reales la mayoría de las veces, pero más allá de eso, el secreto está en amarnos, amarnos tal cual somos, no quiero decir con esto que no es importante cuidar el cuerpo, la apariencia, la estética ¡por supuesto que es importante!! Además de mamás seguimos siendo mujeres, y hacemos todo lo que podemos para estar bien, lindas y sentirnos mejor, recomiendo siempre a mis amigas usar fajas después del parto, hacer ejercicios, caminar mucho ¡muchísimo! durante el embarazo y después también, es lo que a mi me ha servido… pero el mensaje que quiero dejarles aquí, es que tenemos que aceptar la realidad, así como el tiempo nos va dejando huellas que no podemos borrar, es probable que los embarazos también, pero ésto no debe ser motivo para deprimirnos al contrario ¡son las marcas de que hemos traído una nueva vida al mundo!!
Las mujeres somos muy exigentes con nosotras mismas, y a mi me pasa a veces que me pongo metas imposibles en mi mente, pero cuando esto pasa, pienso en todo lo hermoso que me ha dado la oportunidad de ser mamá y lo que se puede mejorar, pues haré lo posible y lo que no, así soy y me tengo que amar, hay que estar en paz con el cuerpo.
Si no logramos relacionarnos y conectarnos de manera positiva con nosotros mismos ¿cómo podremos hacerlo con los demás?
¡Disfruta mujer, la magia de la vida y sus etapas a pleno! Y las cosas importantes que son las que perduran, todo el resto pasa, todo lo demás es transitorio ¡pero el amor es eterno!
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