Y yo que decía adorar los cambios, últimamente he sido puro ufffffffff ufffff y más uffffff, creo que alguna parte de mi consideró que ya era suficiente…el próximo mes cumpliré 9 años viviendo en este país, llegué con tan sólo 20 años, con todas las pilas y preparada a vivir todas las aventuras que se presentaran, dispuesta a llevarme el mundo por delante, como creía que venía haciendo en Argentina….pero crecer, independizarse, formar una familia, llevarla hacia adelante, es una aventura? sí!!!! pero las responsabilidades de adulto no son tan divertidas como parecían, y llega un momento que uno se empieza a enfrentar con cosas, complejos, miedos del pasado, surge esa confrontación de leyenda, entre el adulto y el niño interior, se inicia una batalla donde ganar significa hacer las paces y perder dar lugar a conflictos no resueltos y reprimidos.
Creo que el estar acercándome a los 30, me está pegando duro, pero también he tenido un año de mil y unas sorpresas muy lindas y muy escalofriantes…..pero realmente todo pasa.
En estos momentos, como ya saben estoy estrenando casa, viviendo dentro de todo en la misma zona, pero en una nueva ciudad, muy linda con muchísima naturaleza y espacios verdes, pero he vivido todo este nuevo cambio con mas apatía o menos entusiasmo, que es lo mismo, y no es justamente el mensaje que le quiero dar a mis hijos, sobre como enfrentar los cambios en la vida.
Y creo que allí reside uno de los puntos esenciales, en toda esta cuestión, el de ser MADRE, cuando se es joven, soltera o casada, pero sin hijos, una vive las aventuras y los riesgos al límite, pero cuando otra vida depende de vos, todo cambia, y uno se esfuerza al máximo para que las cosas salgan como uno quiere, y surgen frustraciones cuando no resultan, las expectativas son otras y se modifica todo el estilo de vida, para que el nuevo miembro de la familia crezca en las mejores condiciones posibles.
Entonces, reflexionaba ….cuál ha sido el mayor cambio en mi vida, abandonar mi país o ser madre? mmmm realmente no estoy del todo segura, porque creo que ambas experiencias se complementan, no sé si hubiera sido madre en Argentina como podrían haber sido las cosas.
Creo que dejo hasta aquí, y en otra ocasión tendríamos que tocar el tema de el cambio en la vida con la maternidad.
Movimiento, las cosas tienen movimiento…la capacidad de adaptación y el entusiasmo, son dones que los niños poseen, y que los adultos perdemos con la erosión del tiempo, al tenerlos cerca, nos recuerdan con sus actos la maravilla del amor a la vida.
Feliz Vida! Romina.
Movimiento, las cosas tienen movimiento
4:45 am by Romina Tibytt
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