Hola, hoy quiero compartir contigo un libro que significó un antes y un después en mi vida: “Free Play. La improvisación en la vida y en el arte. Su autor es Stephen Nachmanovitch, un violinista, escritor, artista multimedia y docente. En los años 70 fue reconocido por ser pionero en la improvisación musical. En los años 80 y 90 ha creado diversos softwares relacionados con dicho tema. Actualmente dicta talleres y seminarios.
Si bien Stephen ha sido prolífico en su escritura, Free Play es el libro con el que se ha hecho famoso. Dicho libro ha sido muy difundido en el entorno del arte pero nos sirve a todos. Ya que todos de alguna u otra manera somos o podemos ser artistas.
En este post voy a destacar algunos aspectos que me resultaron muy interesantes, el libro es muy profundo y lleno de poesía, ninguno de sus capítulos tiene desperdicio.
Pero antes quiero contarte qué significa para mí el arte, o qué función cumple en nuestra vida.
El arte nos coloca fuera de lo tedioso, de lo mundano y nos integra con nosotros mismos y con el otro. Nos une. Nos conecta. Por eso su importancia.
En mi vida el arte ha sido una tabla de salvación, un bálsamo ante los problemas de la vida, en los peores momentos fue lo que me permitió recuperar fuerzas y salir adelante.
Según la psicología, cuando vemos una obra de arte, nos llega porque nos conecta con algo interno nuestro, de ahí radica su importancia. Digamos que, anímicamente, nos sentimos identificados, percibimos o intuimos algo de lo que el artista transmite, lo hacemos propio porque las emociones son comunes a todos los seres humanos y es por eso que puede transmitirnos diferentes estados de ánimo, e incluso ayudar en tratamientos médicos, como así lo trabaja la musicoterapia.
Qué es improvisar
Improvisar, según el diccionario es hacer algo sin preparación, pero también se relaciona con algo que llega de manera imprevista.
Es sacar un conejo de la galera, es poder resolver una situación utilizando nuestro ingenio, en un momento en el cual no hay mucho tiempo disponible.
El término es utilizado en el ambiente de la música para designar aquellos momentos de juego libre, juego musical en el cual el músico se deja llevar para crear algo inédito. Geniales compositores como Mozart o Beethoven han sido grandes improvisadores, lamentablemente en esos días no existían modos de registrar esos momentos.
Ser capaces de improvisar trae muchos beneficios en nuestra vida diaria y, en muchos casos, va de la mano de la inspiración creativa.
En su libro Free Play, Nachmanovitch nos dice que la inspiración creativa no se produce sólo en los artistas, sino que es algo tan común para el ser humano como respirar. Dice que, para llegar a dicha inspiración, es fundamental deshacerse de las exigencias. Si lo logramos, nos conectaremos con la mejor versión de nosotros mismos.
En estos tiempos, con cada persona que me encuentro, o casi toda persona, me dice que está estresada. Es por eso que es importante que podamos buscar estrategias para retornar al equilibrio. Podemos meditar, hacer respiraciones profundas, yoga, escuchar música que nos inspire, salir a caminar, hacer algún deporte. Pero también existe el arte.
Hacer algo con arte es hacer algo que nos gusta, de una manera apasionada, despojándonos de nuestros miedos, prejuicios, autoexigencias.
El autor cita como ejemplo a un médico que tiene un bagaje de conocimiento, años de estudio pero que, al encontrarse con un paciente debe realizar un arte, el arte de curar, ya que cada individuo y cada situación es única.
Otra manera de ser creativos es en nuestro trabajo, a a hora de cocinar, a la hora de jugar con los niños, en nuestra pareja, etc. Eso hace que estemos vibrando con el momento presente. De esa forma el estrés y la ansiedad se diluyen, ya que nos dejamos fluir. Por eso te propongo que te des a la tarea de escribir, pintar, dibujar, tocar un instrumento. No es necesario ser un experto, puedes hacerlo hoy mismo.
Tengo una amiga que odiaba su trabajo, y una amiga en común le recomendó que coloque cosas en su escritorio que le gusten: imágenes, flores, música etc. Es así como ella pudo escapar un poco de lo rutinario. Por eso es que está bueno tener objetos a nuestro alrededor que nos conecten con nuestra esencia, con las cosas que amamos y nos inspiran
Volviendo a las actividades diarias, hacer las cosas con arte significa que nos volvamos a conectar con una parte de nosotros mismos que está dispuesta a jugar, en ese juego de niños en el cual sólo existe el momento presente.
Cuanto más tiempo pasemos realizando actividades que nos reconecten con esa fuente creadora, más fácil nos será improvisar en las diferentes ocasiones de la vida y hacer arte en cada momento.
Además, si nos damos un tiempo para estar en la naturaleza, caminando, disfrutando el placer de respirar, de observar, de escuchar, es decir de poner a pleno nuestros sentidos en acción, resolveremos más fácilmente los problemas y se nos ocurrirán nuevas ideas.
Frases para destacar
Quiero citar algunas frases del libro que me encantaron:
“Encontrar la voz del corazón, esa es la aventura que está en la médula de este libro”
“Un ser que juega es más fácilmente adaptable a los contextos y las condiciones cambiantes. El juego como improvisación libre agudiza nuestra capacidad de enfrentar un mundo en cambio”
“El perfeccionismo nos paraliza tal vez más eficazmente que cualquier otro bloqueo. Nos enfrenta con el fantasma que nos juzga, y como es imposible que nos pongamos a su altura, nos hundimos en el pantano de la postergación. Generamos un antídoto improductivo contra estos sentimientos de envidia: fantasías de omnipotencia o de éxito fabuloso, o bien a la inversa, somos víctimas de las fantasías de mala suerte”
“La fórmula para la creación es simple. Basta identificar nuestros impedimentos y desembarazarnos de ellos, como dejamos en el suelo una maleta sobrecargada que hemos estado llevando desde hace demasiado tiempo”
¡A experimentar!
Un ejercicio muy práctico que nos da Nachmanotvich es sentarnos frente a la computadora o frente a una hoja en blanco con un bolígrafo y empezar a escribir de manera automática. No reprimamos palabras, que salga lo que tenga que salir, saquémonos la idea de que alguien va a ver eso, y tratemos de no juzgarnos. De esa manera, con el correr del tiempo, se irá despertando esa intuición, imaginación y capacidad de improvisación dormidas.
Para finalizar, cuando nos demos cuenta de que no tenemos nada que ganar ni perder, amaremos la vida por el hacer mismo y las cosas nos saldrán mejor.
Espero que te haya gustado éste resumen, hay muchos aspectos del libro de los cuales no hablé. Ojala puedas leerlo ya que será una fuente de mucha reflexión e inspiración. ¡No perdamos las ganas de jugar! ¡Hasta la próxima!
Jose dice
A comenzar entonces, gracias!